Los sentidos: El Olfato

Fragmento de la película Cyrano de Bergerac, de Jean-Paul Rappeneau.

Los jóvenes tienen mejor olfato que los mayores. Entre los 20 y los 40 alcanzamos la máxima agudeza. De los 50 a los 60, nuestro olfato se mantiene estable y a partir de los 70 tenemos menor capacidad para detectar olores, también disminuye la percepción de la intensidad y los identificamos con más dificultad. Un escape de gas puede pasarnos inadvertido, por ejemplo.

Pero no sólo la edad nos lleva a perder olfato. También algunos trastornos y enfermedades, así como ciertos tratamientos farmacológicos contribuye a que nuestro olfato ya no sea el que fue. Siguiendo unas sencillas recomendaciones podemos ejercitar nuestro olfato para mantener el máximo tiempo su agudeza.

 

Mejorar el olfato:

Entrenar la mente, no la nariz

La mayor parte de los olores se perciben de forma inconsciente. Pensando en olores familiares (una fruta, una planta, un perfume…) nos hacemos más conscientes de esa sensación.

Oler a menudo, pero no demasiado

El olfato se satura con facilidad. Es mejor oler con moderación, hacer una pausa inspirando y expulsando el aire por la nariz rápidamente y volver a oler. Un buen ejercicio para potenciar la diferenciación entre olores es oler distintas fragancias alternativamente.

Variar las fragancias

No dejes que tu olfato se aburra. En distintos momentos del día podemos disfrutar de diversos aromas. La colonia por la mañana, un ambientador distinto para cada estancia de la casa, flores en el jardín, en el balcón o en la terraza. Ya sabes, manda el cerebro, el órgano más inquieto de nuestro cuerpo.

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