El envejecimiento activo

El envejecimiento es una etapa de la vida, que comporta cambios en el organismo. Pero aunque algunas capacidades disminuyen, cada persona envejece de una forma particular, dependiendo del estilo de vida que haya llevado, de su biología y de su forma de ser.

Desde hace un tiempo, la conciencia social ha ido cambiando a mejor y podemos decir que hoy existe una mayor sensibilización sobre las necesidades y posibilidades de las personas mayores.

Además, años de investigaciones nos permiten afirmar que el funcionamiento del cuerpo es el resultado de factores biológicos, emocionales y socioculturales que influyen, y mucho, en el buen funcionamiento del cuerpo y de la mente.

Nunca es tarde para mejorar el estado de salud. Por eso, vamos a ir publicando en este blog diversas sugerencias con el ánimo de que guíen y orienten a las personas conscientes de que están envejeciendo para que mejoren sus capacidades. ¡Ánimo! Y si tenéis preguntas, escribidnos a serveis@grupfisioderm.com Y ahora, empezamos con el envejecimiento activo. 

Mito: “Cuando envejecemos ya es demasiado tarde para adoptar un estilo de vida saludable”.
Esta creencia es falsa. Os aseguramos que cambiar hábitos puede evitar la pérdida funcional y prolongar y mejorar la calidad de vida.

El azar no tiene nada que ver con que una persona envejezca mejor o peor. El compromiso con uno mismo y la adopción de hábitos saludables si fomentan la buena salud.
Empecemos por hacer una lista de buenos hábitos y otra de malos hábitos.
No se trata de cambiar de la noche al día, sino de ir abandonando los malos hábitos al ritmo que marque el cuerpo. Contra más buenos hábitos anotes en tu lista personal, menos te costará dejar los malos, porque te sentirás vital, ágil y mucho más dispuesto a abrazar la vida.

  Buenos hábitos Malos hábitos
Para la mente Leer. Inactividad.
  Escribir. No organizarse.
  Planificar el día. Improvisar.
  Conversar. No prestar atención.
Para el cuerpo Caminar un rato cada día. Quedarse sentado en casa muchas horas.
  Realizar tareas domésticas. Dejar que nos lo hagan todo.
  Ir a comprar. Pasar la tarde viendo televisión.
  Subir y bajar escaleras. No caminar.
Para el descanso Dormir entre 7 y 8 horas. Dormir en exceso.
  Adoptar una actitud relajada. Estar estresado.
Alimentación Mucha verdura. Devorar bollería y pasteles.
  Dieta rica en calcio: yogur, queso, leche… No tomar leche ni derivados.
  Beber agua (1,5 l al día) Tomar mucho alcohol.
En general Mantener el peso adecuado. El sobrepeso.
  Evitar el colesterol. No controlar el colesterol.
  Tomar sólo las medicinas que recete el médico. Auto-medicarse.
  Ser positivo Ser negativo.
  No fumar. Seguir fumando.

Seguro que algunos aspectos de tu vida estarán en la parte sana y otros serán malos hábitos. No se trata de realizar un cambio radical, pero si de ir en dirección a todo aquello que nos haga sentirnos mejor, más ágiles y saludables. Estamos a tu disposición para ayudarte

 

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